Otro gesto Marino, en medio de la tormenta
El senador Juan Carlos Marino sigue sumando gestos para ganarse la voluntad de Mauricio Macri y lograr la bendición que le permita ser el candidato presidencial a gobernador, por Cambiemos, en La Pampa.
Es un secreto a voces que los números de preferencias electorales pampeanas no le sonríen a Carlos Mac Allister, y esto abre una brecha en la entente que pretende llegar a la gobernación de esta provincia. El ex jugador sigue acumulando puntos en contra, que se estarían traduciendo en una vuelta de cara de votantes que supo conseguir. El escándalo de las piletas olímpicas con licitaciones direccionadas, la quita de subsidios a atletas pampeanos y más acá el nombramiento de su propia hija en el gobierno de la Capital Federal, en el medio de un feroz ajuste en la administración pública, le estarían haciendo esquiva, y sin posibilidades de retorno, la voluntad de los pampeanos.
Viejo zorro de la política, Marino deja convicciones personales y partidarias de lado, para llevar agua a su molino.
El primer gesto lo dio hace unos días, cuando justificó los más de 350 despidos de la agencia Télam, llegando a decir que la mayoría de los echados por el macrismo eran punteros políticos. No le importó que la fuerza que lo llevara al Senado de la Nación la última vez, el FREPAM, se expidiera rechazando los despidos. Él hizo su juego, y aprovechó el silencio de Mac Allister y otros dirigentes del PRO.
Esta vez aprovecha la necesidad que tiene Macri de que la Ley de Interrupción Voluntaria de Embarazo no salga del Congreso y decide, muy oportunamente, manifestarse y votar en contra del proyecto. En medio de una crisis económica severa, lo que menos necesita el gobierno nacional es a los fueles de distintos cultos movilizados en contra de la ley y, por añadidura, de quién habilitó su tratamiento.
Marino también hizo oídos sordos a su partido, la Unión Cívica Radical, cuyas mujeres hicieron explícito su apoyo a la Ley.
Tal vez no casualmente, sobre este tema también hicieron silencio Mac Allister y los suyos.