El cambio que no cambia
Pasadas las primeras horas del mentado anuncio del ajuste que pensaba hacer el presidente Mauricio Macri, puertas adentro de su propio gobierno, las críticas no se hicieron esperar. La mayoría considera que es solamente un golpe de efecto, que en realidad no garantiza nada, y que probablemente sea el prolegómeno para futuros ajustes que se aplicarán, a todos los argentinos, durante 2018.
En repaso por medios digitales y redes sociales, la primera observación es que en realidad Macri promete solucionar un problema que, en parte, él mismo creó.
El diario La Nación tituló, en abril del año pasado, “Según un relevamiento, desde que asumió Macri aumentó en un 25% la estructura del Estado”. El presidente dijo que pensaba suprimir uno de cada cuatro cargos en esa estructura. La cuenta es simple.
Hasta 2015 había 16 ministerios, 70 secretarías, 169 subsecretarías. A partir del advenimiento de Cambiemos hay 21 ministerios, 87 secretarías de Estado, 207 subsecretarias, 687 direcciones nacionales y generales, 122 institutos y organismos.
Otro de los datos que salta a la vista es que Macri esperó dos años para que el ajuste le toque a los parientes de los ministros. Antes empezó por los jubilados, la cultura, educación, salud, la obra pública, etc.
También, obviamente, queda a las claras que lo primero que hicieron los propios funcionarios del gobierno que se presentaba como “distinto” fue nombrar a sus propios parientes.
Además, el supuesto cambio llega tarde. Ya se beneficiaron funcionarios, parientes y amigos, con el blanqueo de capitales, el dólar futuro y cientos de licitaciones.
Evidentemente el ajuste no abarca lo moral, puesto que el primer mandatario salió a bancar al ministro de Trabajo, Jorge Triaca, de quién se supo que tuvo al menos una empleada en negro por años, y la blanqueó en parte antes de asumir. También que intervino al menos un gremio, donde metió por la ventana alrededor de 200 parientes y amigos. Hoy Macri consideró que era suficiente con que Triaca pidiera perdón por evadir la Ley para seguir en su cargo. Con este razonamiento, cualquiera de los delincuentes que cumplen condena en las cárceles argentinas debieran ser exculpados de sus faltas con la sola condición de pedir perdón.
Invitó a todos los distritos a seguir el ejemplo. Otra trampa, no todos los distritos aumentaron la cantidad de funcionarios como sí lo hizo el nacional.
Finalmente, nada dice el decreto de Macri de que no puedan ser contratadas empresas como prestadoras del estado cuyos integrantes sean parientes de funcionarios. Obviamente que su propia familia se vería limitada.