Sobre autos y pollos
Ahora se entiende. Solamente era cuestión de estadísticas.
Para la Municipalidad de la Ciudad de Santa Rosa, gestión Leandro Altolaguirre, en esta capital “hay dos autos por familia, una cifra considerable y que preocupa a las organizaciones ambientalistas”, según publicó el diario La Arena al informar sobre la iniciativa de la ONG “Bicisenda Santa Rosa-Toay”, que invitó para que en el día de la fecha se deje el auto en la casa, en el marco de una campaña mundial.
Si para las autoridades comunales de Cambiemos cada familia de esta ciudad tiene dos automóviles, se devela el misterio por las carencias y deficiencias en cuanto a las políticas públicas capitalinas. Tal vez se abreve en la misma fuente y por eso sea que, según dicen en ámbitos educativos, los chicos van a las escuelas con hambre; o se intente meter más agua de la que entra en un cuenco de pluviales. Probablemente sea la misma base estadística la que hace anunciar como “repavimentación de la ciudad”, al arreglo de una pocas cuadras.
Tal vez pensando en los funcionarios que se encierran en sus despachos y no toman contacto directo con la gente, hace muchos años el inolvidable Umberto Eco escribió que “la estadística es la ciencia según la cual, cuando un hombre come dos pollos y otro no come ninguno, dos hombres comieron un pollo cada uno”.