Santa Rosa duele
Solo basta ver en cualquier medio de comunicación digital o redes sociales para enterarse en el acto del colapso que está sufriendo la ciudad capital de La Pampa.
Dolor e indignación son las sensaciones coincidentes entre los vecinos que están sufriendo las consecuencias directas de los casi 200 milímetros llovidos entre ayer y hoy.
La desidia de gestiones municipales anteriores y la inoperancia de la actual parecen haber llegado a su punto más alto.
Ríos de agua y líquidos cloacales corriendo por las calles y veredas, y entrando en casas de los barios más castigados; embotellamientos vehiculares y ausencia de agentes de tránsito ordenando el caos; suspensión del servicio de recolección de residuos; los cuencos de pluviales ampliamente desbordados; roturas en las calles, que con la lluvia y los charcos se transforman en verdaderas trampas para cualquier vehículo; ausencia de garitas para esperar el trasporte público que pasa por donde puede, son algunas de las instantáneas que se pueden observar en Santa Rosa.
Esta mañana un balbuceante Leandro Altolaguirre intentó brindar un panorama con lo que ya se sabe, pero carente de respuestas inmediatas. Prometiendo un, a esta altura quimérico, Plan Director, cuyos papeles y proyectos poco sirven para paliar la aflicción de los vecinos que ven llenarse de agua sus casas.
La Policía, el Ejército y Defensa Civil haciendo lo que pueden, junto a vecinos que muestran su solidaridad con los más complicados.
A eso deben sumarse los funcionarios de distintos rango y politiqueros de distintas banderías que lo único que atisban hacer es poner cara de preocupación y echarle la culpa a las gestiones anteriores y a la lluvia. “Qué se va a imaginar uno que va a llover tanto!!”, es la expresión que intenta explicar la falta de previsión ante este tipo de emergencias.
Lo cierto es que Santa Rosa duele, con decenas de miles de vecinos que aprietan los dientes, mientras tratan de solucionar el problema que los acucia, y se prometen que “apenas pase el agua van a ver”.