La gente es mala y comenta…(internacional)
Cuentan que al principio dudaron si era él o no, pero algunas de sus características particulares lo confirmaron. Un poco más morocho, merced al sol del Atlántico, lo vieron abordar el ferrie de la empresa Buquebus, el pasado 19 de febrero. Dice nuestra fuente que en algunas de las bolsas de compras que traía se podía leer claramente “Punta del Este”.
Si su jefe se toma cada dos por tres un descanso él no podía ser menos. Juran que está más elegante que cuando acostumbraba pasear por el centro santarroseño, lo cual es francamente inimaginable puesto que no le esquivaba a las grandes marcas para vestir su humanidad.
Desde su partida a Capital Federal se hizo ver en público por estas pampas apenas una vez, pero no ha dejado de ser noticia por distintos motivos.
Hay que reconocerle que se mantuvo por diez años y dos gobernadores en el mismo cargo en esta provincia, hasta que dio el batacazo y partió hacia las luces de la capital. En su lugar asumió hace poco tiempo el tercero de sus sucesores, en poco más de un año.
Cultor del buen vivir, acodado en la baranda de la embarcación que lo traía del vecino país –que además de playas es considerado un paraíso fiscal- en algún momento seguramente habrá pensado en la distancia entre una Pelopincho en el Plan 5000 y las glamorosas playas esteñas (y en la envidia que le provocará a muchos, que creían ver las cosas más alto que él).
Al ver al nacido en Catriló, según Wikipedia (sí, su nombre y trayectoria aparecen en Wikipedia), nuestro informante, casi sin pensarlo, empezó a silbar bajito los acordes de una canción de don Alfredo Zitarrosa –seguramente inspirado por el vientito oriental- que dice:
“no te olvides que el camino es pa’l que viene y pa’l que va.
No te olvides del pago
si te vas pa’ la ciudad
cuanti más lejos te vayas
más te tenés que acordar”.
Nuestro “garganta profunda” cayó en la cuenta que se había olvidado, y cambió los acordes inconfundibles de Ricky Maravilla que se preguntan “¿Qué tendrá el petiso?”.