Ni lluvia, ni brotes
Por Sergio Draque
El gobierno macrista es proclive a relacionar temas económicos con diversos fenómenos de la naturaleza. Así, apenas asumió se vanaglorió anticipadamente de una supuesta “lluvia” de inversiones, que se precipitaría sobre la Argentina a partir del pago a los fondos buitres y las diversas reformas “pro-mercado” (explicitando su market-friendly) que comenzaban a encarar.
Luego, ya a mitad del 2016, y ante la evidente recesión, baja del consumo y pérdida de puestos de trabajo que exponía la realidad nacional, empezó a ver hipotéticos “brotes verdes”, es decir pequeñas señales de reactivación que indicarían un cambio de tendencia en la economía.
Hoy, ya casi cerrando este (duro y penoso) primer año de gobierno la realidad exhibe que no hubo (ni habrá) lluvia ni brotes.
Los únicos dólares que arribaron a estos pagos han sido por el gigantesco endeudamiento tomado por Prat Gay y los suyos. Mientras, los empresarios siguen esperando “mejores condiciones”. Para colmo de males para el PRO, el triunfo de Trump, con una expectativa de aumento de la tasa de interés en EEUU aleja aún más los posibles chaparrones. Un informe publicado en Ámbito Financiero, basado en indicadores de los principales mercados bursátiles del mundo, indica una huida de capitales desde los mercados emergentes (incluidos los Latinoamericanos) hacia inversiones en sectores que “prima facie” se verían beneficiados por las políticas del nuevo gobierno (Biotecnología, Bancos, Minería, etc.).
En cuanto a los “brotes”, el primero que apareció fue el de un repunte de la construcción, a partir de un crecimiento en las ventas de cemento ocurrido en el mes de Junio del 6,7%. Pero, esta expectativa se derrumbó muy rápido, a partir de la caída del mismo indicador en Septiembre del 11,1%. En estos días se escuchó al jefe del gremio del sector Gerardo Martinez hablar de una pérdida de 60.000 puestos de trabajo entres los albañiles.
Entonces, sin “lluvia” ni “brotes”, hay otro efecto natural que avanza, y es la “bola de nieve” de las LEBAC. Veremos.