La EPET N°1 y el orgullo de la Educación Técnica
Si con una palabra se pudiera sintetizar lo observado en el salón de la EPET N°1 de Santa Rosa es, sin lugar a dudas PASIÓN. Es ese el sentimiento que hace de hilo conductor y une a estudiantes, docentes y directivos del establecimiento educativo que, desde esta mañana, realizan una exposición de sus trabajos en el edificio ubicado entre las avenidas Luro y España.
Apenas ingresado al enorme salón, un joven sonriente le acerca un teléfono celular al visitante y lo desafía a que intente agarrar una bolita de un recipiente con un brazo robótico, cuyos comandos se manejan desde el celular, vía bluetooth. “El sistema mecánico del brazo lo hicimos en la escuela y a futuro la idea es que sirva para tareas de precisión. ¿La aplicación para el celu? También la hice yo”, comenta con humildad el pibe.
Jóvenes y adolescentes de distintas edades muestran y se interesan por los distintos trabajos en exposición. Por los pasillos se cruzan chicos con herramientas de distinto tipo en sus manos, algunos trasladando un vehículo similar a un triciclo, impulsado con un motor eléctrico, una simpática pareja paseando entre los stands a bordo de una mezcla de bicicleta con monopatín, otros dando un último retoque al diseño de un edificio en una computadora. El ritmo es de intercambio de saberes y conocimientos.
La cordialidad y el respeto parecen ser norma. Los más grandes intercambiando experiencias con los más chicos y los docentes cabeza a cabeza con los estudiantes, las testas se distinguen de quién es quién por las canas.
¿Una utopía educativa? No. Ese es el clima que se vivía esta mañana.
Una docente, al ver el equipo de trabajo de esta página se acerca y destaca el trabajo realizado por los chicos “acá vienen mañana y tarde, y en los últimos días siguieron trabajando durante las noches en sus casas para poner todo a punto”.
Otro entusiasta profesor destaca al pasar que “hoy pueden ver lo que hacen los chicos en esta escuela, no están en las calles. Acá estudian doble turno. Lo único que nos estaría faltando es un comedor, para que los estudiantes no tengan que salir del establecimiento entre un turno y otro”.
Tres tecnicaturas se dictan en la EPET santarroseña: Electromecánica, Construcción y Automotores.
En la primera de ellas ya hay convenios con las escuelas de Ciegos y la de Irregulares Motores, con diseños y dispositivos reconocidos a nivel nacional por su ingenio y calidad.
Los estudiantes del último año de Construcción ya realizan planos conforme a obra, en hogares de bajos recursos económicos, fruto de un convenio que se viene desarrollando desde hace varios años con el Municipio de Toay.
Automotores es la más reciente de las tecnicaturas, pero ello no fue obstáculo para que muestren verdaderos logros, como los dos prototipos que participaron de las competencias Eco. O el automóvil ecológico que les encargara la Municipalidad de Trenel, para las clases de educación vial. La última joya es un motor donado por Toyota, el cual ya está en marcha, luego de que los alumnos culminaran con el sistema electrónico que pone en funcionamiento el sistema. “Todo hecho en esta escuela” dice, con el pecho henchido uno de los profesores.
La directora de la EPET, Nélida Batista, “nos hemos propuesto equipararnos al afuera. Que ya sea que los chicos decidan seguir estudiando o trabajar, tenga una muy buena formación profesional”.
Ah, lo primero con que se encontrará el visitante, a un costado de la entrada, es con una serie de maquetas, mediante los chicos de primer año interpretaron una serie de cuentos que leyeron en las clases de Literatura, como para que se note que a los libros también los consideran una herramienta en la EPET.