Guay-Fay (visto y oído en las redes)
“Esto pasa en algunos barrios de Santa Rosa después de la lluvia” escribió Leandro Altolaguirre en su cuenta de Facebook, a la vez que compartió unas fotos subidas por integrantes de la Biblioteca “Teresa Pérez”, de Barrio Escondido, donde se ven calles anegadas. Las integrantes de la biblioteca se dirigieron “A QUIEN CORRESPONDA”, para poner en conocimiento que “Este es el estado en este momento de el barrio escondido después de la lluvia de anoche, no se puede ingresar al barrio, tampoco salir, el desagote del barrio, cuenco abierto, inundado, las casas inundadas con todas las consecuencias que esto trae”. Deseando finalmente que “ojala no nos vuelva a pasar”. Un Altolaguirre solidario con la difícil situación de la gente del Escondido se solidarizó, al menos en Facebook. Hasta aquí nada raro, sino fuera que todo lo relatado anteriormente ocurrió el 2 de mayo del año 2015, según consta en la cuenta del ahora intendente santarroseño.
Un año y seis meses después, Altolaguirre tuvo un gran cambio. Ahora es intendente. Pero la gente del barrio sigue con la misma penuria cada vez que llueve.
En la actualidad, la cuenta de Facebook de la Biblioteca Popular del Barrio Escondido comparte una nota del sitio Plan B Noticias titulada “Escondido y Olvidado”, que reproduce la amarga queja de los vecinos: “No es un lago artificial (muchisimo menos uno natural) es un rio literal de heces, al alcance total de niños y niñas que cuando viene el calor el “agua” se ve tentadora. Es peligroso, una incubadora de enfermedades y hogar de mosquitos y demases insectos. Mucho mucho feo olor!! A quien corresponda: no están prendiendo la bomba para que esa podredumbre drene, de todas maneras, no queremos este cuenco en el barrio!!”.
Como se ve, la situación en el Barrio Escondido no cambió. Mientras corren ríos de heces por el barrio, Altolaguirre resolvió reunirse con los concejales para promulgar la Ordenanza que prohíbe la venta de pirotecnia en Sana Rosa. Como diría un avezado observador “todo fue al cohete”.
Ni Altolaguirre, ni los integrantes de su gabinete fueron vistos recorriendo las zonas más afectadas. Es más, en algunos barrios vecinos furiosos llegaron a pedir que “ni se les ocurra aparecer a Altolaguirre ni su gente por acá, porque los echamos”.
“Queremos otra ciudad, vos también” rezaba el volante que hace un año y medio repartía Altolaguirre, buscando fiscales para la elección interna en la que debía competir. No se sabe él, pero los vecinos seguramente siguen queriendo otra ciudad.