Marcha atrás de Bonadio: las cunitas no se queman
El magistrado había ordenado la destrucción de los kits que entregaba el ministerio de Salud a mujeres que acababan de dar a luz. Ante la presión de Unicef, la facultad de Medicina de la UBA y la Sociedad Argentina de Pediatría, el juez volvió sobre sus pasos.
Legisladores, médicos del Hospital Garrahan, la Facultad de Medicina de la UBA, la Sociedad Argentina de Pediatría y hasta Unicef, entre otras organizaciones, reclamaron al juez Caludio Bonadio dejar sin efecto su decisión de enviar a destrucción 60 mil kits del Plan Qunita.
Finalmente el magistrado volvió este viernes sobre sus pasos y en una nueva resolución dispuso que la eventual reutilización de esas cunas quede bajo exclusiva jurisdicción del ministerio de Salud de la Nación. De esta manera Bonadio cedió a la presión que le hicieron llegar desde distintos lugares para que eche por tierra un plan social que ha tenido importantes resultados desde su implementación.
Bonadio había ordenado la destrucción de 60 mil kits de moisés y sacos de dormir del Plan Qunita por su supuesta peligrosidad para los infantes. Sin embargo la resistencia a esa decisión se hizo sentir desde el primer momento.
La Facultad de Medicina de la UBA, a través de su decano Sergio Provenzano, le aconsejó al juez que profesionales de esa casa evalúen los elementos “que conforman el kit y que no han demostrado peligrosidad para que no sean descartados”.
En la misma líneas, cientos de pediatras y neonatólogos le enviaron una carta al Papa Francisco, “en representación de los niños de nuestra Patria”, para pedirle que interceda ante esa “decisión extemporánea, arbitraria y desproporcionada” que afecta “los derechos de millares de niños y niñas de las familias más humildes”.
Unicef, en tanto, recomendó una evaluación interdisciplinaria “antes de cualquier medida” y destacó que “la evidencia internacional disponible del uso de este tipo de insumos demuestra que son estrategias que contribuyen a disminuir el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante, siempre que respondan a estándares de calidad adecuados”.
Bonadio ordenó la destrucción de los moisés amparado en un informe del INTI y recomendaciones de la Sociedad Argentina de Pediatría que alertaban sobre riesgos por su mal uso pero que no sugieren que dejen de repartirse.
Además, entre los destinatarios de los casi 75.000 kits que ya fueron distribuidos hasta el momento no hubo ni una sola denuncia o queja sobre la calidad de los productos.