Guay-Fay (visto y oído en las redes)
Un curioso cruce legislativo se produjo por estos día en la red social Facebook.
Los protagonistas son dos diputados provinciales. Ambos pertenecen al Bloque Justicialista.
La vorágine de cargar la información cuanto antes a las redes parece que casi armó un conflicto entre los dos legisladores.
En la cuenta del diputado Espartaco Marín, luego de la sesión donde se rechazara la modificación macrista a la legislación que ponía límite a la extranjerización de las tierras de nuestro país, se cargó una referencia que decía “estamos de acuerdo con que lleguen inversiones a nuestro país, en lo que no estamos de acuerdo es que se lleven nuestras tierras. No necesariamente tenemos que quedarnos en paños menores en términos de extensión territorial del País para supuestamente facilitar la llegad de inversiones extranjeras”.
Unos minutos después hubo dos comentarios que le recordaban que el proyecto pertenecía al diputado Roberto Robledo, a quién hasta entonces ni se había mencionado.
Los autores de los comentarios no eran ajenos: el primero pertencía a la Secretaria de la Mujer del gobierno provincial, Liliana Robledo, que además es hija del legislador. Ella también recordaba que Robledo participó también de la votación de la legislación que se quería modificar, cuando era diputado nacional.
Acto seguido escribió lo suyo Lucas Ovejero, secretario del diputado Robledo, mencionando la autoría del proyecto de su jefe, pero también comentando que era “una pena que no llevó la firma de todos los legisladores del PJ”. En otras palabras, además de decirle a Marín que el proyecto no era suyo, también le recordaba que en su momento no había firmado la iniciativa de Robledo.
Minutos después, Marín tomó el guante y corrigió su Face. Ahora dice: ““En la sesión pasada aprobamos el proyecto del Diputado Roberto Robledo rechazando el decreto del presidente #Macri que amplía la extranjerización de las tierras”, escribió.
Y en un tramo similar al eliminado, agrega “no tenemos que quedarnos en paños menores en términos de extensión territorial del País, para supuestamente facilitar la llegada de inversiones extranjeras”.
Como se ve, la sangre no llegó al río.
Fuente: Plan B