¿Quién se hace cargo?
Mary Shelley escribió entre 1816 y 1818 una novela que se transformaría en un clásico del género del terror, por sobre las cuestiones de los valores y morales que se analizan en el texto. El libro trata sobre la creación un monstruo, al que se le otorga vida luego de unir de partes de distintos cadáveres, a través de un experimento científico.
Muchas veces se ha traspolado esta historia al plano de la política, y en La Pampa parece que se está escribiendo una nueva página en la oposición provincial.
La Unión Cívica Radical vernácula está atravesando una encrucijada por demás compleja, y ante la sociedad parece que no lleva las de ganar.
Hace poco más de un año, en marzo de 2015, la Convención Provincial –máximo órgano deliberativo del centenario partido- aprobaba por amplia mayoría la integración a una alianza con el PRO de Mauricio Macri y Carlos Mac Allister, que fue bautizada como PROPUESTA FREPAM. Allí confluyeron radicales, macristas, socialistas, mofepistas, etc..
Merced a esa alianza presentada a la sociedad pampeana, se lograron escaños legislativos, deliberativos y hasta la obtención de un municipio de la magnitud de Santa Rosa.
Cuando aún estaban resonando los ecos del triunfo a nivel nacional, y en La Pampa el logrado en la capital, comenzaron a manifestarse diferencias entre los integrantes de esta alianza.
En la Legislatura Provincial se armaron bloques separados. En la distribución de los espacios de las delegaciones de organismo nacionales los radicales fueron prolijamente marginados, al igual que los macristas del resto de los espacios legislativos y deliberativos. Tal vez uno de los pocos lugares donde un radical incorporó a macristas en su gobierno sea en el municipio santarroseño.
La compulsa dejó de ser silenciosa este fin de semana, cuando Carlos Mac Allister pretendió lanzar, junto a Leandro Altolaguirre y algunos referentes del interior provincial, la mesa pampeana de Cambiemos.
Como ya se comentara en este espacio, Altolaguirre sufrió los rigores de la soledad, puesto que ni sus principales funcionarios, ni sus (¿?) concejales lo acompañaron en la jornada del Barrio Los Hornos. Automáticamente surgieron voces que cuestionaron su presencia y dejaron a la vista la herida por donde sangra la cúpula del radicalismo pampeano. Dicen no sentirse parte del gobierno que ellos mismos contribuyeron a crear.
Uno de los más críticos fue el diputado Francisco Torroba. El mismo fue, en aquella Convención de 2015, la principal voz a favor de la unión con el macrismo.
Al mismo tiempo, Mac Allister les recordó a los radicales que le aportaron votos a su espacio y ahora lo desconocen, que fueron ellos mismos los que dejaron afuera al macrismo.
En el medio, el gobernador Carlos Verna metió la cola. Decidió cumplir su promesa de otorgar la elección de la presidencia del Tribunal de Cuentas a la oposición. El dato no menor es que en la terna entregada a la oposición política, donde por ahora la UCR es mayoría, la que obtuvo mayor puntaje es Marita Mac Allister (hermana de…). El segundo puntaje pertenece a un contador que en su momento fuera separado del Tribunal, por su cercanía con ex funcionarios cuestionados. Menudo compromiso el que deben desenmarañar los radicales.
El libro de Shelley se conoció con el nombre de “Frankenstein o el moderno Prometeo”. Lo curioso es que la imagen por la que se popularizó la novela es la del monstruo, que no tenía nombre. Víctor Frankenstein era el nombre del científico que le da vida, y que luego se arrepiente de su obra. Mayor pesar le causaba al Dr. Frankenstein los desmanes que producía su monstruo.
Sobre el final del relato, el monstruo creado provoca la muerte de su creador.