No está para bollos
En el hospital Lucio Molas, principal centro asistencial de La Pampa, el ambiente no sería el mejor. En la última semana el director del nosocomio, Armando Hornos, fue intimado por los propios jefes de servicios y departamentos para que provea de los insumos básicos imprescindibles para el desempeño de las delicadas tareas que deben cumplir; y luego fue denunciado por la Asociación de Trabajadores del Estado, ante la Fiscalía de Investigaciones Administrativas, por persecución gremial.
Trabajadores de la salud y pacientes no daban crédito por estos días a las fotocopias de una nota que fueron pegadas en las paredes del hospital. La nota en cuestión está dirigida a Hornos y le solicitan con “carácter de URGENTE se tomen las medidas necesarias para la provisión en tiempo y forma de los insumos básicos indispensables para el funcionamiento de los distintos servicios del Nosocomio”.
Como si esto no fuera de por sí preocupante, más adelante le dicen que “queremos dejar explícitamente sentado que es asfixiante la situación, a punto de llegar a tener que comenzar a derivar pacientes, suspender cirugías programadas o en los casos graves de pacientes imposibles de derivar, de no realizar el tratamiento correspondiente por falta de insumos determinados, coin la consecuencia y/o gravedad que esto pudiera derivar”.
La nota está fechada el 26 de agosto de este año y habría motorizado que el pasado viernes llegaran al hospital algunos de los insumos necesarios, pero no todos.
El argumento más usado para explicar el faltante es que al inicio de la gestión actual se encontraron con insumos insuficientes y que se habrían caído algunas licitaciones, pero a nueves meses de haber asumido, resulta poco creíble la explicación.
Persecución gremial
También se pudo saber que Hornos fue denunciado por ATE, ante la Fiscalías de Investigaciones Administrativas, por supuesta Persecución Gremial.
Al parecer consideran que una enfermera, afiliada a ese gremio, fue cambiada de lugar de tareas sin su consentimiento, tal como lo había pedido la ex jefa de enfermería del Molas, María Sotelo, ésta última desplazada de su cargo luego de denuncias ante la Justicia y la FIA por parte de ese sindicato.
ATE interpreta que el cambio de tareas de su afiliada se produce como represalia por haber conseguido el reemplazo de Sotelo.
Los intentos por obtener la versión oficial sobre este tema fueron infructuosos durante la víspera.