La gente es y mala y comenta…
En tiempos donde la inseguridad, por más que se oculten los datos delictivos, es uno de los principales reclamos de la sociedad suena a exageración que un alto funcionario provincial tenga 4 efectivos policiales a su disposición, oficiándoles no solamente a él, sino también a integrantes de su familia, de choferes y custodios.
Si se tienen en cuenta que, según los datos del propio Ministerio de Seguridad, los delitos amainaron, resulta difícil de explicar cuál es el motivo para que el funcionario en cuestión distraiga a cuatro uniformados para su uso personal y familiar. Cabe aclarar que no está infringiendo ninguna ley, porque las disposiciones vigentes se lo permiten, pero es el único que usa esa prerrogativa.
La cuestión parece ser la de estar siempre acompañado. Rodeado de colaboradores civiles y uniformados, el funcionario acostumbra a realizar sus intempestivas tareas, incluso en horarios poco habituales.
Seguramente en EE.UU. se justifique que un efectivo de alguna fuerza de seguridad vaya a buscar a los hijos de un ministro de Barak Obama al colegio, en un automóvil oficial, pero en La Pampa no tiene demasiado sentido tal privilegio.
Si vamos más atrás en la historia, en la antigua Roma, solamente los Césares tenían el derecho a poseer una guardia pretoriana.