El ausente
Dónde está Tierno?. Es la pregunta que circula por estas horas en todos los ámbitos donde se habla del crimen del cazador Santiago Garialdi, a manos de efectivos de la Policía de La Pampa. Obviamente la pregunta está destinada saber el paradero del titular del Ministerio de Seguridad, Juan Carlos Tierno. Mientras funcionarios de los tres poderes esquivan consultas periodísticas sobre el tema, el principal responsable de las políticas de seguridad brilla por su ausencia.
Desde el 10 de diciembre pasado, el verborrágico abogado, que llegó a decir en sus pasacalles de campaña que había aprendido de sus errores, fue noticia una y otra vez por sus frenéticas actividades, casi siempre cargadas de polémicas, algunas veces clausurando fiestas de cumpleaños de 15, otras peñas familiares, por encontrar a uno o dos menores consumiendo alcohol. También se lo vió en operativos de controles de tránsito, muchas veces poniendo en riesgo la vida de los controlados y de sus propios colaboradores, provocando siniestros de tránsito en distintas localidades pampeanas.
Todas las acciones que llevó adelante el Ministerio de Seguridad, desde el inicio de la actual gestión, lo tuvieron a él como protagonista y figura indiscutida. Siempre poniéndose él al frente de los operativos, rodeado de fornidos personajes de civil, por las dudas.
La cuenta de Facebook que usa la repartición estatal para comunicarse lo tiene a él como titular y no al Ministerio que representa. Allá por el siglo XVII, el más representativo exponente de la monarquía absoluta, Luis XIV, acuñaba su frase más famosa: “ L’État, c’est moi “ o “El Estado Soy Yo”. La diferencia -claro está- es que en los tiempos del monarca francés no existían las redes sociales. De hecho, la última publicación en su cuenta, la del Ministerio, de FB da cuenta de su reunión con la ministra de Seguridad de Mauricio Macri, Patricia Bullrich, un día después del asesinato, en Buenos Aires.
Por todo esto es que llama la atención su ausencia. Esta vez, con una verdadera hecatombe política provocada en su área de influencia, optó por ocultarse, detrás de actividades oficiales y protocolares, fuera de la provincia.
Funcionarios de los tres poderes del Estado casi ruegan a los periodistas que no les pregunten del tema. No son pocos los que recurren a lazos de amistad que puede unirlos con los y las trabajadores de prensa – lo cual cuestiona el rol de ambos- para que los eximan de tener que responder sobre tan espinoso tema. Está a la vista que varios referentes de los Poderes del Estado Pampeano lograron su objetivo.
Ayer, fueron prácticamente acorralados por la prensa la ministra de Desarrollo Social, Fernanda Alonso, y en la Legislatura el presidente del bloque PJ, Espartaco Marín. Ambos eludieron, hasta donde pudieron, comprometerse con alguna respuesta concreta, y terminaron pateando para arriba la responsabilidad sobre el destino de Tierno.
Cabe recordar que todos miran hacia el despacho de Tierno, porque él mismo, hace poco más de un año, reconoció que en su momento le había recomendado a los policías rurales que ante intentos de evasión de cazadores furtivos “la advertencia, primer tiro al aire. El segundo, directamente a la cabina del vehículo en fuga”.
Ayer el ministerio emitió un comunicado de prensa negando lo que había dicho en su momento y manifestando “consternación” ante el hecho de sangre.
El último que se refirió al tema es el titular de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia, Antonio Curciarello, que ante la presión –lógica- que ejercieron los medios para saber su opinión sobre el tema, optó por criticar el accionar policial y cargar la responsabilidad sobre los uniformados, aunque del funcionario ausente ni una palabra.