Semáforo: naranja-amarillo-colorado
Carlos Mac Allister parece decidido a meterse en el peronismo, por la puerta o la ventana. La Agrupación “22 de Noviembre” es algo más que la pata peronista del PRO y del ex jugador de fútbol.
Si algo caracteriza a la fuerza inventada por Mauricio Macri es el pragmatismo para tejer alianzas sin importar del lugar que vengan. Prueba de esto último es el último escándalo que protagonizaron los operadores macristas que metieron militantes neonazis a la Rosada.
La mayor prueba de este espíritu alquimista se dio en el primer “experimento” electoral que hicieron: en Santa Fé casi se quedaron con la gobernación, llevando a un candidato que lindaba lo grotesco, pero aprovechando las diferencias internas del radicaslismo y, sobre todo, el peronismo, más los desencantados de siempre, lograron un caudal de votos impensado para los “degustadores” de la política tradicional.
Mac Allister es un ejemplo más de ello. Su candidatura fue fruto de una encuesta, el resto lo hicieron los partidos tradicionales. Llegó a diputado nacional de la mano del voto desencantado, hace 4 años. En las elecciones pasadas se aliaron con los radicales, merced a lo cual lograron meter tres diputados provinciales (una proveniente del radicalismo, otra del peronismo y otro del sector agropecuario), que se suman a la banca nacional que ya tienen. Nada mal.
Carlos Mac Allister va por el sillón del Centro Cívico, a no dudarlo.
A la par de la estrategia política de acercamiento al PJ, también está tejiendo una trama con medios de comunicación, que incluye el lanzamiento de nuevas publicaciones.
Hoy los radicales lloran por los pasillos, y juran que tienen “mucho para dar”, para continuar con la alianza, pero las gente del PRO tiene otros planes.
Además de lanzar una agrupación peronista, con afiliados y conductores del espacio justicialistas, ahora el secretario de Deportes de la Nación se pelea por los medios con el presidente del PJ, Rubén Marín.
Tal vez no sea casual que el veterano dirigente decidiera hacer foco de su enojo en la fuerza de los globos amarillos, dicen los que saben que el mayor desgranamiento y éxodo proviene, justamente, de la histórica línea que se identifica con el color naranja.