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Empezaron haciendo hamburguesas para ver al Indio y terminaron poniendo un comedor

Un grupo de vecinos creó en Ciudad Oculta, situada en el barrio porteño de Villa Lugano, un merendero que funciona los fines de semana, pero ante la creciente demanda de chicos y adultos que buscan un plato de comida se ven en la necesidad de pedir ayuda a quiénes deseen colaborar con comida o ropa.

Se trata del merendero Tuns, ubicado en la Avenida Eva Perón al 6600, tira 3 casa 42, que este sábado cumplió un mes sirviendo una copa de leche y galletitas, aunque pasaron de 87 vasos a 152 el sábado pasado.

El lugar funciona sábados y domingos de 16:00 a 18:00 y viene a complementar a los comedores de esa zona, que están de lunes a viernes.

 

Ariel Gerry, uno de los fundadores del merendero, explicó que la idea surgió en marzo pasado cuando junto a un grupo de amigos organizaron una venta de hamburguesas y panchos para juntar dinero para pagarse el viaje y las entradas para ver al Indio Solari en Tandil.

 

“Cuando empezamos a cocinar las hamburguesas empezaron a acercarse chicos que veías que tenían hambre y miraban la comida de una manera que nos partió el alma. Ahí empezamos a regalar muchas hamburguesas y panchos a los chicos, pero así y todo juntamos la plata para el recital. Desde ese momento nos planteamos hacer algo, porque vimos una dura realidad dentro del

barrio”, explicó.

Desde ese momento, Gerry junto a Oscar Gómez, Ariel Espínola y Marcos Torres le empezaron a dar forma al sueño del merendero, que luego también contó con la ayuda de unos 15 adolescentes más para servir la leche y la comida -depende la ocasión pueden ser galletitas, torta frita, pan con manteca, facturas, alfajores-.

 

“Empezamos poniendo 50 pesos cada uno, otros bajaron cajas de té, leche, azúcar, pedimos una olla grande y como cocina teníamos, arrancamos. El lugar es la pieza de uno los muchachos que colabora con nosotros y que le padre nos cedió amablemente. Es muy chico y entran 12 nenes, pero afuera está el resto esperando su leche y hasta que no les servimos a todos no paramos”, explicó Ariel.

 

“Por día se van sumando, promedio, 10 o 15 chicos y nosotros les damos su ración a todos. Incluso, les pedimos que vengan con una jarra para llevarse a su casa y también tengan su leche el domingo o lunes a la mañana, tanto ellos como sus hermanos a padres, porque hay mucha necesidad. La realidad te supera y siempre te quebrás”, precisó.

Asimismo, detalló que actualmente se acercó más gente para colaborar, ya que “un hombre trae cajas de alfajores y una mamá facturas”, pero aclaró que a la hora de aceptar donaciones no aceptan plata: “Nosotros queremos que traigan lo que puedan o quieran, pero siempre comida, leche, quizá ropa, pero no dinero”.

 

“Compramos entre nosotros una pava eléctrica, la rifamos y con la plata recaudada compramos artículos de limpieza para limpiar el lugar y el resto lo guardamos para comprar una plancha que a su vez rifaremos y así comprar hamburguesas que venderemos un fin de semana para luego comprar galletitas, alfajores y leche para los chicos”, detalló.

 

La idea de este grupo de emprendedores es también hacer un comedor los fines de semana, entre viernes a la noche y domingo a la noche, “así los chicos comen en otro lado en la semana y después vienen a Tuns”, pero para eso se necesitan más colaboraciones o donaciones de alimentos.

“Ojalá que nunca más se tenga que hacer esto y que cada familia tenga todos los días un plato de comida, pero la realidad es otra. Agradezco de tener el apoyo de mi esposa, mis hijas y toda la familia para hacer esto. No es fácil trabajar de lunes a viernes y el sábado y domingo estar acá sin verlos. No veo la hora de que llegue el fin de semana para ver esas caritas que se iluminan con solo un alfajor y un vaso de leche. Es muy fuerte”, indicó Ariel.

 

En el merendero, “por suerte siempre sobra leche y se vuelve a repartir”, aunque el temor que siempre tienen es que “algún día tengan que decirle a un chico que no alcanzó”.

 

“Hoy necesitamos la leche en polvo, es lo más urgente y lo más caro. La idea es ampliar el comedor, conseguir materiales, algunos ladrillos que a alguien le sobró, bolsas con un poco de cemento. Todo sirve”, precisó.

 

Además, explicó que en la página de Facebook que crearon del merendero Tuns detallan el dinero con el que cuentan y todos los gastos que hicieron “para que todo sea lo más transparente posible”.